QUÉ SON LOS TRAUMAS
Los traumas psicológicos, son producidos por situaciones que nos ocurren a lo largo de la vida, no necesariamente son debidos a situaciones violentas o atípicas, se pueden producir también en situaciones cotidianas, pues la secuela que dejan, depende más de los recursos que nosotros tenemos para gestionar lo que nos ocurre en ese momento, que del hecho en sí.
Al igual que las heridas, los traumas con el tiempo van cicatrizando, conformando nuestro cerebro, nuestra personalidad y nuestro mundo emocional.
Las consecuencias deje esa cicatriz, van a depender principalmente de la edad a en la que se produjo la herida, (cuanto más temprano, más marca nos deja pues tenemos menos estrategias para manejarlo) y de cómo la curemos y cuidemos mientras la herida está abierta.
Para que se produzca un trauma emocional, no solo es necesario que ocurra una situación perturbadora, también debemos percibirla como tal. Por tanto, los traumas dependen en gran medida del significado que le damos a las experiencias que atravesamos.
Si estas experiencias no se integran de manera armónica en nuestra vida, se mantienen activas en nuestra mente e interfieren en nuestras vidas.
Con el paso del tiempo, puede que esa herida mal curada se reabra en ciertas situaciones,
ocasionándonos dolor y sufrimiento, y puede, que no sepamos de dónde viene ese dolor. Ahí es donde entra en juego la terapia, pudiendo escuchar lo que ocurre para sanear la herida y que pueda cicatrizar sin marcas.
No siempre es fácil reconocer que estamos sufriendo un trauma porque los síntomas del trauma no son tan evidentes y nos acostumbramos a vivir con el dolor, sin pensar que podemos hacer algo para sanarlo.
Cada persona reacciona de manera diferente, aunque algunos de los signos del trauma emocional más comunes son las pesadillas, la ansiedad, la irritabilidad, la incapacidad para sentir, la culpa, la vergüenza, la sensación de impotencia, y los síntomas físicos que derivan en enfermedades psicosomáticas (problemas gastrointestinales, migrañas, problemas dermatológicos, ataques de pánico, etc).
Como en todas las heridas al abrirse, el trauma hay algo que entra en nosotros y también hay algo que sale de nosotros al exterior.
En la mayoría de las ocasiones, no podemos controlar que nos ocurre, pero sí tenemos la libertad de transformarlo en algo que nos sirva para crecer como personas.
Para esa transformación hacemos terapia, no sólo para dejar de sufrir, sino también para que ese sufrimiento se se convierta en el impulso hacia lo que queremos conseguir.
TÉCNICAS DE TERAPIAS
Esta técnica, consiste en la activación de los hemisferios cerebrales para acceder a la información que ha quedado “atrapada” para poder procesarla de nuevo e integrarla de una forma que no nos duela.
Esto se hace por medio de la estimulación de los hemisferios. La estimulación bilateral puede ser visual, auditiva o kinestésica.
La terapia se lleva a cabo de la siguiente manera:
En primer lugar recabaremos los datos y estableceremos los acuerdos para los para los objetivos terapéuticos que pretendemos conseguir.
Después evaluaremos los recuerdos que existen relación a lo que nos perturba, mediremos las sensaciones, cogniciones y emociones que nos despierta. Aquí se registraremos las puntuaciones iniciales de lo que pensamos y sentimos.
Y, posteriormente, en la fase de desensibilización, realizaremos la estimulación bilateral.
Aquí es donde se produce la reducción de los síntomas que nos generan malestar, tras el procesamiento de la información dolorosa, dejando que nuestros recursos afloren haciendo frente a esa situación que nos genera malestar e integrando la experiencia para que en nuestro día a día, no sea un obstáculo.
Para terminar, haremos un examen corporal, aliviando y soltando las posibles tensiones que hayan podido quedar tras el procesamiento.
El Psicodrama se enmarca dentro de las psicoterapias humanistas, en las cuales se comparte la profunda creencia de que el ser humano tiene sus propios recursos para enfrentarse y superar los conflictos vitales que le van surgiendo.
El ámbito de aplicación del psicodrama, en su origen, fue el grupo, y en sus ya mas de cien años de desarrollo se ha convertido en una psicoterapia de aplicación individual, de pareja, familiar y de grupo.
La palabra “persona” proviene del latín, significa ‘máscara de actor’, con el tiempo pasó de las acepciones teatrales a designar al individuo mismo, generalizándose al ser de la especie humana.
El psicodrama, se emplea como un modo de deshacer las “máscaras” con las que nos relacionamos en la vida y con las que nos terminamos confundiendo, alejándonos de nuestra propia identidad y llegando a desarrollar diferentes trastornos.
Apoyados en la dramatización, la intervención va dirigida a reconocer los conflictos tanto internos como externos que nos dañan y encontrar los modos más amables de abordarlos.
El Psicodrama es una apuesta y una propuesta por la salud mental en relación con los demás y con nosotros mismos.
Los muñecos de playmobil, son compañeros de camino, muchos de nosotros, jugamos con ellos en la infancia y nos proporcionaron horas de diversión y desconexión.
Cada uno de ellos tiene su historia, su mundo interno y sus emociones…en la terapia los rescatamos para que nos acompañen y muestren cómo son nuestras relaciones con los demás y nos ayuden a entender que ocurre, de una forma sencilla.
Al trabajar con los muñecos, representamos algo de manera simbólica, activando el hemisferio derecho, el cual nos proporciona un punto de vista diferente al que nos solemos contar, y permite que salgamos del bucle en el que nos encontramos.
Es una herramienta versátil que permite exteriorizar diferentes escenarios y personajes, de forma que nuestro mundo interno puede verse representado de una forma sencilla, cercana, y a menudo divertida.
En ocasiones, el lenguaje no es suficiente, lo que sabemos no es suficiente y lo que nos cuentan, tampoco es suficiente…En la arteterapia se busca expresar, sin importar el lado estético, prima darle voz al artista que llevamos dentro, se trata por tanto, de crear algo nuevo partiendo de lo que ya existe en nosotros, siendo lo más importante el proceso, la comunicación con nosotros mismos.
A través de diferentes disciplinas artísticas, como la escritura, la pintura, la escultura, el teatro, la música y la fotografía, podemos llegar a nuestro más profundo ser, sin juzgarlo.
Es una herramienta, que nos ayuda a conocernos mejor, envueltos en el disfrute y el gozo de estar creando, como cuando éramos niños, con la curiosidad de quién conserva la inocencia.