Mientras crecemos es inevitable ir cambiando y perder cosas e incluso personas por el camino.
El duelo es sin duda algo que nos acompaña en nuestras vidas, vivimos en continuo proceso de adaptación, y cuando las pérdidas son muy dolorosas y traumáticas, puede incluso influir en nuestra identidad.
El objetivo de la terapia en el tratamiento del duelo, es minimizar el impacto de la pérdida, para poder elaborar lo que nos ocurre, eliminando el sufrimiento y abrazando el dolor que nos deja y así poder continuar con nuestras vidas con un aprendizaje en nuestra mochila.
Hay muchos tipos de duelo, podemos haber perdido a alguien importante, habernos separado, cambiado de casa, de colegio, de vida por una enfermedad, puede ser que nuestro cuerpo haya cambiado de alguna manera, que hayamos perdido nuestra casa, nuestra economía, nuestra identidad sexual e incluso, nuestra fe.
Puede ser que ahora nos estemos culpando por lo ocurrido, pensando que si hubiésemos actuado de esta o aquella manera, todo sería diferente, pero la realidad es que no es así y que aquello que tanto quisimos, ya no está cerca de nosotros y culparnos, no sirve de nada.
Está en nuestra mano poder elaborarlo e integrarlo en nuestra biografía y seguir adelante.
Mediante el proceso MAR, un modelo integrativo, que se puede realizar de forma individual, familiar o grupal para la elaboración del duelo, y cuyo objetivo no es olvidar sino el agradecido recuerdo.